P sobre fondo verde Teatinos
Con la flagrante sequía que estamos viviendo y con el temor latente a las consecuencias del cambio climático, hasta ayer, uno no podía dejar de preguntarse asombrado cuando pasaba por el barrio malagueño de Teatinos, por qué se regaría con tanto descontrol y derroche sus parterres y zonas ajardinadas. Por fortuna, de vuelta a casa se me despejaron todas las dudas.
Como sabréis de puro
empacho, la campaña de las elecciones municipales y algunas autonómicas comenzó
hace unas horas, a media noche. Pues bien, poco antes de que se diera el
pistoletazo de salida, en los previos, me encontré con el señor De la Torre,
alcalde de Málaga, subido en un escenario bien decorado con toda su correspondiente
parafernalia electoral y erigido a pie del Boulevard Louis Pasteur. Para quien
no lo sepa, el Boulevard Louis Pasteur es el eje principal a través del cual se
vertebra uno de los proyectos urbanísticos por los que pasará a la historia (local)
el regidor, el barrio de Teatinos, nirvana de todo constructor especulativo. Este
nuevo distrito de dimensiones faraónicas, además de ser para muchos un modelo
urbanístico de excelencia, supuso la primera piedra con la que se inició la
transformación radical que ha experimentado la ciudad en los últimos años y que,
si alguien, allá por los años noventa, nos la hubiera vaticinado a los que paseábamos
por las calles de esa pequeña ciudad manejable de mar, sucia, manirrota, underground, divertida y entrañable que fue Málaga, cuanto menos,
nos hubiéramos reído un buen rato.
De todos, Teatinos es el barrio que cuenta con la mayor extensión verde de la ciudad, es de suponer que, por eso, y por ser el ensanche
estrella de la administración De la Torre, decidirían levantar el mencionado
escenario aquí. Conseguir una foto del señor alcalde sobre fondo verde Teatinos
es una imagen poderosa, es el vivo retrato del éxito en la gestión municipal. A partir de este punto, es fácil entender la causa del maltrecho desperdicio de agua.
No es que el señor De la Torre esté
preocupado por el medio ambiente o el bienestar de los ciudadanos y, por eso, haya
estado intentando proteger, al menos, esta, su gran obra, de la quema del
cambio climático y la sequía, no. Lo que pasa es que tantos días de riego incontrolado,
excesivo e innecesario, el afán por mantener verde un césped áspero que tiende
a quemarse tras dos días seguidos de sol intenso, solo contribuye a crear un trampantojo, es decir, una falsa
impresión, en este caso, de su gestión. Puro márquetin, puro greenwashing como lo llaman ahora. El
verde utilizado para verdear una administración gris oscura casi negra en
términos del bienestar local, pues, vendida desde sus inicios a los intereses
de las grandes corporaciones financieras ha conseguido, por ejemplo, que se haya
desmantelado de un plumazo el distrito centro llenándolo de pisos turísticos, apartamentos
de veinte metros cuadrados y animando a sus pequeños comerciantes y vecinos a
que se vayan por la puerta de atrás; que se haya abandonado el cuidado y cohesión social de los otros muchos
barrios (solo hay que pasearse por ellos), o que se haya dado carpetazo a proyectos
fundamentales para mantener la sostenibilidad medioambiental.
Sin embargo, a pesar de la progresiva y evidente pérdida de calidad de vida que lleva sufriendo la ciudad de Málaga a causa de esta manera de hacer política, el alcalde sobre
fondo verde Teatinos sigue presumiendo de que su modelo de gestión municipal es el mejor de todos porque es el único capaz de generar progreso con su aparejado bienestar. Construir, construir,
construir, como reza el mantra de su partido. Eso sí, caiga quien caiga y se seque lo que se seque.
(Al menos, los vecinos de Teatinos estarán encantados al saber que esto del cambio climático, la desertificación o las restricciones de agua a causa de la sequía no va con ellos. “¡Cómo no vamos a tener agua para estos céspedes y verdores, con el riñón que hemos pagado por nuestros pisos tan mal insonorizados!”, se dirán.
Elromeroenflor
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