El vídeo de los abrazos
Estos días está circulando por la red una felicitación navideña en la que políticos o personalidades importantes, que habitualmente viven enfrentados, se abrazan. Es un vídeo que hace reír a la vez que despierta los mejores deseos de paz porque reconcilia relaciones que suponemos, en principio, irreconciliables. Sin duda un soplo de esperanza en estos tiempos de violencia y polarización política que no viene nada mal.
Sin embargo, por lo inverosímil e improbable del
abrazo que se dan en este vídeo Abascal y Rufián, Sánchez y Feijóo o
Juan Carlos I y Sofía de Borbón, sabemos que nada de esto ha sucedido,
que su gesto no es real y que, probablemente, ha sido amañado con alguna
de las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial para el móvil, es
decir, hecho con una mera e inofensiva herramienta accesible a todos,
esa que hasta un niño o un mono pueden manejar.
Pero, más allá
de sus divertidos y ocurrentes resultados, en el caso de este vídeo de
los abrazos, la facilidad en su realización y su accesibilidad me pone
en alerta y me suscita hacerte la siguiente pregunta: ¿Es que te hará la
misma gracia cuando recibas un vídeo de tu hija secuestrada, de tu
pareja en una comprometedora infidelidad, o, menos dramático y más
cotidiano, de tu hermana en la cola del supermercado pidiéndote que le
hagas un bizum? ¿Te va a hacer la misma gracia cuando descubras que, a
pesar de que sus gestos eran demasiado reales y los datos que te
aportaba demasiado privados, era un engaño, un vídeo hecho con
inteligencia artificial para sacarte los cuartos? Seguro que no, que no
te hará ni puta gracia. Y perdona que te lo diga, aquí sucede como con
el SIDA o el COVID que, aunque tú creas que la cosa no va contigo, al
final te toca. Porque hoy, conseguir tu imagen y tu voz, la de tu nieto o
la de cualquiera de tu círculo es muy fácil, todo está volcado en
Internet (o en la dark web) a través de las redes sociales, de los clics
del consentimiento y del mercadeo de la información privada. El resto,
la parte creativa, la pone la inteligencia artificial y el afán de
engaño, manipulación y extorsión. Y en este punto, aquí, todos somos
víctimas, no hay diferencias.
Así que, por favor, cuidado.
Abrázate y reconcíliate como en el vídeo, sí, pero de manera real y con
otra inteligencia, la de la prudencia. Reflexiona sobre lo que haces
cada vez que compartes un vídeo de estas características y piensa en sus
consecuencias. Di no al mal uso de la inteligencia artificial porque
igual que puede ayudarnos también puede hacernos mucho daño.
No compartas, sé tú el inteligente.
Muy bueno
ResponderEliminarGracias!
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