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Mostrando entradas de diciembre, 2020

Otelo y el dócil autómata

  ─¡Ahí va el negro rumbo a Chipre! ¡Ahí va, tan noble y bizarro, preparado para defender la isla de los temibles turcos! ¡Ahí va, combatiente en su galera! Invencible, Otelo surca raudo el Mediterráneo desde Venecia. Tras de sí, se desvanece una honda y blanca estela que raya a su paso este memorable mar azul de plácidas orillas y risueños delfines, de gimientes cavernas y benévolos favores , de cruentas batallas y dioses arbitrarios . ¡Ahí va! A varios días de navegación de su amada, Desdémona, que ya lo espera impaciente en el muelle de una Chipre liberada del peligro turco por designio Divino.  ─¡Hurra! ¡Una tormenta ha destruido la flota otomana! ─anuncia alguien en la isla─. ¡Celebrémoslo! ¡Encendamos los altares, bendigamos el vino, sacrifiquemos el mejor de los carneros! Amén. Pero de estos laureles el negro aún no sabe nada, tampoco de la mordedura letal que prevé asestarle Yago, cabeza de serpiente, a su llegada. El Siroco sopla y no le advierte de la ponzoña que el traidor

Postales de verano 8: Trato hecho

Unas horas antes de que Francesca caiga en la puerta del Buda Beach sin conocimiento por una sobredosis de burundanga… ─¿Estás seguro? Aún estás a tiempo de decir que no ─insiste Sasha. ─ Mala puta ─insiste Alexei. La moscovita y el siberiano han quedado, pero nadie debe saberlo. Sasha se ha duchado después de correr apaciblemente 21 km por la Senda Litoral, ha comido algo de fruta fresca y se ha marchado al encuentro. Alexei también. Ha aprovechado para hacerlo cuando Francesca se ha ido al mar con su amiga Bianca. Ya van los dos de camino. La rusa va a proponer un trabajo a su compatriota y para ello lo ha citado en una conocida cafetería de esas olor mezcla de café, vainilla y desinfectante de superficies que, además, exhiben en sus vitrinas, con pretensión rústica, una colorida artillería de dulces sabor a nada-más-que-azúcar. De momento, Sasha ya ha llegado y está sola al final del local con una Coca-Cola a la mitad y un plato de aceitunas sin tocar. A pesar del calor, es